Cuando uno abandona las pulsiones y atropellos que le llevan irremediablemente hacia una persona o deseo, automáticamente se cambian las tornas, y el boomerang vuelve. Desgraciadamente, eso no ocurre siempre. Pero en este caso, sucedió así. El nombre de Yahiro yacía en lo más hondo de mi inconsciente, no había pasado más de dos semanas desde que le envié el mail con las fotos. Pero es que uno desea y olvida con la misma intensidad. Y por fin tenía respuesta, ahí estaba su correo, y no era precisamente escueto.
De una primer golpe de vista pude entender que estaba muy agradecida por las fotos, y me pedía mil perdones por la tardanza en contestar, a continuación me decía que estaba encerrada estudiando para los exámenes de fin de carrera y que le había hecho guardar el ordenador a su madre bajo siete llaves para no distraerse... Supongo que encontró las siete llaves.
miércoles, 14 de octubre de 2009
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hacía tiempo que no me pasaba por aquí...
ResponderEliminarme gusta la historia de yahiro...
empeza a pensar que te habían abducido unos extraterrestres
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