yahiro 5

Aquel viaje terminó. Regresé a mis cuarteles de invierno, poco importaba que fuese primavera. fueron aquellos días, tiempo de silencio, espera y transición. Ahora estoy cansado, hace un rato que se terminó el goteo, creo que descansaré un poco...

No se muy bien que hora es, la habitación está en penumbra, me incorporo, bebo a sorbos y vuelvo a mis recuerdos, casi como un minero que taladra al fondo de la galería, entre la más oscura de las negruras.

Lo primero que hice al llegar a Madrid, fue descargar, revisar y retocar mis fotos, antes incluso de vaciar la maleta. Y allí estaba ella, podía mirar sin miedo alguno, recrearme en su nuca, en el nacimiento de ese cabello tan negro, en la redondez de sus hombros... En ese momento lamenté no haberle hecho ninguna foto de frente, así que una vez más trataba de escudriñar dentro de mis recuerdos. No era de una belleza singular, pero tenía un rostro agradable y sereno, era bonita, proporcionada. Elegante y sutil. Elegí tres fotos de las cinco que pude hacer antes de que me descubriera y se las mandé con una despedida correcta, best regards, Carlos. Dí a enviar, y me quedé mirando un rato la pantalla del ordenador a la espera de no se muy bien qué.